Sobre Rizoma Urbano

¿Qué es Rizoma Urbano?
Los rizomas en la naturaleza son tallos subterráneos que crecen de forma horizontal indefinidamente. En este caso, "el rizoma" se encuentra formado por una Red solidaria de Huertas que utilizan prácticas ecológicas y comparten un reservorio de semillas como forma de preservar la Biodiversidad.

¿Quién puede pertenecer a Rizoma Urbano y qué compromiso implica?
Cualquier persona, institución o familia interesada que dispongan de espacios cultivables, ya sean chacras, patios, jardines, terrazas o balcones, puede pertenecer a Rizoma Urbano.
Ello implica el compromiso de uso, cuidado y multiplicación de las semillas, para que parte de ellas puedan retornar a la red a través del intercambio sin fines de lucro, manteniendo y haciendo crecer a este reservorio de Semillas.

¿Cómo puedo formar parte de esta red?
Para sumarte a esta red de huertas, podés enviarnos un mail. Nosotros nos pondremos en contacto con vos para para entregarte sin costo alguno las semillas que quieras sembrar en tu huerta ecológica, dentro de las variedades que estén disponibles. Tu única responsabilidad será sembrarlas, cuidarlas, utilizarlas y multiplicarlas para que parte de ellas vuelvan a la red, y otras personas puedan recibirlas.
De esta manera, estarás formando un nuevo vínculo con la tierra, creando conciencia y multiplicando acciones solidarias que contribuyen a crear autonomía, y mejorar nuestra alimentación, salud y calidad de vida.

¿Cómo construyo una huerta ecológica?
Para practicar una agricultura ecológica, se requiere más de una actitud que de una técnica. La huerta ecológica es una aproximación holística a como orientar nuestras vidas, además de un método de cultivar comida. Después de todo, lo menos que podemos hacer es tomar la responsabilidad personal por nosotros y el impacto que estamos teniendo en la tierra, para darle una oportunidad a la raza humana, y a toda la vida.

En este blog podrás encontrar amplia información sobre las corrientes de la Agricultura Ecológica: La Permacultura, La Biodinámica y La Agricultura Natural (método Fukuoka).

Principios básicos de la huerta ecológica:

Abonado: 
El uso de compost orgánico o mezcla de restos orgánicos (residuos de cocina, yuyos, paja, estiércoles, ceniza y tierra), devuelve a la tierra los nutrientes que le extraen nuestros cultivos, creando así una retroalimentación. También se utiliza la bosta de animales de corral (caballo, vaca, gallina y cerdo) que hayan pasado antes por un período de descanso y oreado. Otros tipos de abono son el lombricompuesto y el abono verde.

Utilización de semillas de variedades naturales
Las semillas provienen de cultivos orgánicos, y son multiplicadas y utilizadas a través del cuidado y compromiso para su conservación.

Asociación de plantas y diversidad de especies: 
Observando la regla general de la naturaleza, en la que especies cooperativas y asociaciones de especies hacen comunidades saludables, favorecemos una convivencia armónica entre diferentes componentes del ecosistema (plantas, animales, minerales, etc.), creando así un medio en equilibrio donde la coexistencia y la diversidad de especies contribuye al crecimiento de los cultivos. Se utilizan asociaciones particulares de árboles, arbustos y plantas rastreras que se nutren y protegen mutuamente. Cuando disponemos de espacios de tierra mas pequeños, podemos utilizar el concepto de biodiversidad en una escala temporal sembrando diferentes especies a lo largo del año, de esta manera ayudamos a conservar los nutrientes del suelo y podemos evitar que los insectos se transformen en un problema para nuestra huerta.

Seguimiento y cuidados de la huerta: 
Se trata de trabajar con la Naturaleza y no contra ella. Requiere flexibilidad y una apropiada secuencia para que puedan realizarse cambios en la medida que la observación y la experiencia lo requieran. 
Las plantaciones se rodean con cercos perimetrales para protegerlas de los animales domésticos y se diseñan de manera que aprovechen bien el agua y el sol y que bloqueen el viento. 
Los sistemas naturales cambian a través del tiempo, dando lugar a una sucesión de diferentes especies de plantas y animales y la idea es aprovechar este proceso natural: se puede utilizar lo que ya está creciendo (la “maleza” podemos transformarla en “bueneza” ya que tiene uso alimenticio y sirve para fortalecer la fertilidad del suelo), e introducir plantas nativas que contribuyen a mantener la diversidad y el equilibrio del sistema. 
La presencia de insectos es beneficiosa para nuestros cultivos y cuando ellos se trasforman en plagas, reflejan algún desequilibrio, que debemos tratar de descubrir y corregir. En última instancia, se puede recurrir a la utilización de preparados caseros, que funcionan como repelentes orgánicos.